top of page

A Rocio, linaje y sencillez.

  • Foto del escritor: E.T.
    E.T.
  • 23 ene
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 25 feb


ree

Rocío y yo pertenecemos a mundos parecidos, pero muy distintos. Empezamos a trabajar el mismo día, en el mismo sitio y en el mismo puesto. O al menos eso pensamos ambos cuando nos conocimos.

 

Al ser una gran empresa, resultó que en realidad eran dos puestos gemelos y gracias a ello hoy tengo una gran amiga. En esos años fuimos Pin y Pon. Recorrimos el mundo juntos, fuimos a musicales, hoteles de lujo, desayunamos juntos no menos de 300 veces, compartimos chofer y helicópteros… vivimos en una burbuja y tuvimos al mismo jefe con quien nunca sintonizamos. Hablamos miles de horas y siempre me sentí cerca y a gusto. En una gran corporación donde los cuchillos llegaban desde cualquier sitio, incluso entre amigos, nosotros simplemente construimos una alianza inquebrantable a prueba de cotilleos.

 

El trabajo algunas veces, pocas, genera verdaderos amigos. Solo el paso de los años depura y deja ver la verdad. En esos años ambos vivimos y sufrimos amigos falsos, estuvimos metidos en jardines de todo tipo y siempre salimos riendo. Porque quien no tiene nada que ocultar siempre sale airoso.

 

Fueron años intensos. Participamos juntos en grandes proyectos y grandes presupuestos con personas famosas, viajes, eventos, un entorno en el que siendo joven era fácil sentirse intocable. Más de uno perdió el norte. Pero para mi fueron unos años maravillosos de aprendizajes y descubrimientos. Iba creciendo y apagando fuegos por igual y no puedo imaginarlos sin mi gran compañera de fatigas… que me iba enseñando con su naturalidad como se enfrentan algunas cosas de la vida a las que yo, por contexto, nunca había tenido acceso.


Rocío es una delicada mezcla de ingenuidad y suficiencia. De linaje y sencillez. Tiene esa osadía que solo da el abolengo, pero también la simpatía del compinche. Una señora cuando se requiere y una aliada cuando la necesitas. En tantas horas vividas y convividas no se pueden esconder mentiras ni dobleces, sino que se construyen afectos y complicidad así que gracias querida Rocío por unos años profesionales maravillosos y por seguir intacta en mi lista de favoritos. Y por llamarme cada año por mi cumpleaños sin excepción a pesar del tiempo que ha pasado.

Comentarios


bottom of page