top of page

A Andrew, mi mentor

DE: FERNANDO

ree

Todos necesitamos un mentor y Andrew fué el mío.


Era mi profesor en clase de proyectos en Segundo de carrera. Nos vimos por dentro desde el primer minuto, fuimos profe-alumno, co-profesores, jefe-trabajador, socios, confidentes, pero sobre todo somos amigos.


Tener una figura a quién admirar, con la sabiduría que te falta de jóven. Tener alguien que da pasos y te invita a seguirle, tener un crack en tu vida, hace que te sientas seguro en el momento más trascendental de tu vida, ese cambio de piel cuando pasas de jovencito apañao a profesional solvente.


Estudié lejos de casa y mi familia no estaba ahí para ir comentando las jugadas, así que me colqué a la generosa sombra de Andrew, un tipo apuesto de 1,95, grandote y sonriente. Joder, quién no quiere un hermano mayor así!


Andrew me iba dejando hacer, incluso llegamos a ser socios en un estudio de diseño que montamos en su salón de la calle Valencia. Nos iba bien, no ganábamos dinero, pero era divertido.


Cuando ibamos a ponernos en serio, me dió miedo la responsabilidad y nos separamos.


Nuestras vidas tenían tempos y necesidades diferentes.


Luego te fuiste a NY a montar tu estudio y una familia maravillosa.


Desde entonces sólo nos hemos visto tres veces en 30 años y nunca he tenido ese momento para agradecerte todo lo que supuso tu confianza en mi.


Que me dieras la oportunidad en el primer trabajo como diseñador de verdad y que luego soltases mi nombre cuando te preguntaron por un diseñador de trenes.


Esa intrascendente respuesta ha dibujado mi camino y ahora que miro atrás veo que tu mano al principio de la línea.


Nos quedan muchas cosas por ver, tu ya estás de salida y te deseo lo mejor en la segunda juventud.


No podré agradecer nunca el apoyo que me diste cuando me tocaba madurar.


Gracias Andrew!


Te quiero.

Comentarios


bottom of page