A Luis A., siempre con un "si" en la boca.
- MIL GRACIAS
- 1 mar
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Actualizado: 8 may

Luis A. es un descubrimiento reciente. En esta nueva faceta profesional, en la que he abrazado el interiorismo como parte del día a día, ha aparecido Luis. Es una especie de persona que resuelve las dudas técnicas de los proyectos. Que se encarga de los planos y de que las tuberías tengan el mismo grosor o las telas sean las adecuadas. Nos cubre las espaldas en nuestros vacíos profesionales, nos ayuda y nos enseña como se enseña a quien quiere aprender, sin ser un profesor, sino un ejemplo. Alguien que acepta nuestras carencias técnicas, no como un defecto, sino como una anécdota. Y por ello, sin Luis, algunos de los éxitos más recientes, simplemente no lo habrían sido.
Luis vive atosigado de proyectos. Salta de obra en obra. Se le atragantan las tareas, los detalles, los planos… Es un director de proyectos con alma de arquitecto o artista. Encerrado en la producción, y la dirección de obra, pero ilusionado con la creación. Luis trabaja siempre con una minuciosidad y dedicación admirable. De esas personas a las que la vida le cunde más que al resto. Cuando se queja de algo lo hace con una sonrisa en la boca para no resultar demasiado molesto. Cuando parece que su cabeza va a reventar, le descargan un nuevo volquete de encargos, que él recibe con resignación. Intentando encontrarle el lado bonito y el interés a cada nuevo proyecto. Por eso le he puesto el mote de Luis “all I can do” (él entenderá el chiste).
Lo maravilloso de Luis es que además de esa envidiable actitud ante el trabajo, es una persona con una vida personal fuera de lo común. Una vida que he ido conociendo en pequeñas dosis, después de meses hombro con hombro y de pasar muchas horas juntos. En esas horas interminables eligiendo telas, materiales e imaginando juntos hoteles, hemos tenido risas y algunas confidencias.
Sin dar más detalles, en titulares me vienen a la cabeza varias cosas que le describen bastante bien.
Un entorno familiar, cuando menos, exótico y fotogénico. Un pasado profesional variopinto e internacional. Haber experimentado con nuevas terapias alternativas, probar el veneno de sapo, viajar a sitios que nadie elegiría porque hay cocodrilos. Vivir en un auténtico vergel alejado del bullicio, con un jardín botánico en casa. Tirar a martillazos una pared de su salón en un momento de éxtasis creativo después de haberlo imaginado durante semanas. Ser profesor de defensa personal para la policía local. Tener amigos del día a día de cualquier parte del mundo con historias surrealistas detrás… y si le dedico unos minutos recordaría más y más titulares… Cada vez que comemos es un filón. Nuevas historias, nuevas ocurrencias, nuevos destinos por explorar… un filón.
Detrás de cualquier persona de aspecto normal, con un trabajo normal, puede haber una vida increíble. Las personas con buena energía escasean y por eso al final siempre resaltan. Será en el trabajo o en la vida personal, pero aflorará lo que cada uno tiene de bueno dentro. Para Luis todo está bien y todo tiene arreglo. Nunca una mala cara, nunca energía fea.
Gracias Luis, no puedo estar más agradecido por habernos ayudado a aterrizar en el mundo del interiorismo sin considerarnos unos intrusos. Y por tener siempre un si en la boca para darnos cuando muchos dirían no. Y en lo personal, gracias por dejarme entrar. Estoy deseando ver cómo avanzan los meses y qué nuevas vivencias compartiremos.
es un gusto estar con él y qué bien descrito. sobre todo esa parte tan difícil de enseñar con el ejemplo, lo que deberíamos hacer todos los padres y no lo conseguimos... él es tal cual un ejemplo