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A Paz, por mantener las tradiciones...

  • Foto del escritor: E.T.
    E.T.
  • 5 feb
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 25 feb


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Desde hace ¿cuánto? ¿25 años?... recibo una carta en mi buzón, con sello, con sobre de lengüeta chupada y la dirección escrita a mano.  Y dentro, una tarjeta de felicitación navideña de Paz y de paz. Por supuesto de Unicef.

 

Cuando hace 25 años recibí la primera me pareció un detalle. Ya entonces me pareció algo anticuado, pero precisamente por eso más valioso.  Siempre pienso en que se ha tomado un momento para escribirnos, que ha pensado en nosotros, y lo ha llevado hasta un buzón. Cuando bastaría un whatsapp.  Eso describe a la persona. Y me encanta.

 

En realidad debería dar 25 gracias seguidas.Gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias y gracias.

 

Hoy esa es la única felicitación física que llega a casa. Ni siquiera el Corte Inglés, ni mi banco lo hacen ya. Me da mucha envidia que la gente tenga esas convicciones tan fuertes. Tanto como para que no haya dejado de hacerlo, ni siquiera cuando me fui a vivir fuera de España.

 

Paz es la constatación de que una generación puede perfectamente habitar en las siguientes sin perder un ápice de su esencia. Paz hace buenas las costumbres bonitas que ya no están vigentes. Como enviar un Christmas o pedir un Anis. Y todo eso en un día a día rodeada de marketing, eventos, tecnología y gente joven con la que conecta con su encanto y educación asertiva y entrañable a la vez.

 

Paz, me ha enseñado que es mejor dar un solo beso cuando quieres a una persona, y dos si simplemente la aprecias, que la elegancia no tiene que ver con las formas y que siempre se puede uno reír de todo lo que le pasa. Disfruto su sinceridad, su risa contagiosa y sus historias, de su vida inquieta y ruidosa de familia numerosa, esa vida que ocurre en salones grandes llenos de sobrinos y nietos, de ropa clásica, cuadros buenos y muchas risas y abrazos de verdad.

 

Gracias por tenerme entre tu lista de amigos; y porque me recuerdas año a año que el cariño no entiende de modas. Gracias porque tu christmas, aunque está solo, siempre tiene un hueco junto al belén y le da a la casa un toque distinto. Y gracias por seguir siendo tu misma sin moverte ni un centímetro en tantos años.

 

 

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