A Nina, por sus preguntas incómodas.

DE: ENRIQUE TELLECHEA

PARA: NINA

Es como una hermana pequeña que me fascina y me asusta por igual.  Además de ser la mujer de Oscar, también es Nina. Solo Nina. La conocí como becaria en la empresa donde trabajábamos. Y acabé definiéndola como un reto incómodo, porque sus preguntas eran pertinentes, incómodas, difíciles y perfectas. Como cuando un niño te pregunta el sentido de la vida.

Tiene una infinita capacidad para entender, asimilar y cuestionar las cosas y ese brillo de inteligencia que solo tienen algunas personas. En muchas cosas me recuerda a mi hermana Cristina a la que siempre he definido como la persona más inteligente que conozco.

Son ya muchos años de convivencia, confidencias y vivencias…. Y Nina ya es parte de mi andamiaje emocional cotidiano. Pero su carrera profesional va viento en popa. Que sorpresa… No me extraña nada que en la enorme corporación global en la que trabaja la haya identificado e incluido en el programa de top talent…. Solo hay dos personas en España dentro del programa mundial y una es Nina, que sorpresa….

El secreto es que a Nina le pasa algo que me encanta y es que nunca cree que sabe lo que sabe. Se cuestiona a sí misma antes que cuestionar el criterio de quien tiene enfrente. Pero eso pasará. Llegará un momento de plenitud y confianza en el que verdaderamente desplegará su potencial con razones, habilidades y maestría.

Nina es inquieta y vive cada cosa que piensa con tanta fuerza que casi puede oírse. Y cuando se divierte se libera, gesticula, interpreta, ríe a carcajadas y come compulsivamente. Almas gemelas en eso.

Para mí siempre tendrá 23 años y siempre será la jovencita impertinente de preguntas pertinentes, la referencia del grupo de amigos inteligentes con los que me gustará seguir perdiendo las horas, los días y los años…

EDITADO: Han pasado años desde que escribí este agradecimiento y suscribo cada palabra. La vida nos ha juntado todos estos años día si, día también… pero más recientemente por motivos profesionales y puedo confirmar que mis predicciones eran fundadas. Su portentosa cabeza es hoy más aguda, más precisa, más certera y consolidada… y ella es aún más deliciosamente entrañable, magnética y divertida. A duras penas le mantengo ya la estatura intelectual, y pensar en trabajar para ella me produce la misma inquietud que cuando venía con aquellas preguntas inquitantes. Pero sigue siendo la misma niña de 23 años en muchas cosas. Ahora da más miedo, pero a mí no, porque casi la vi con coletas. Me prometí a mí mismo que este proyecto no mediría mucho mis palabras, así que puedo decir que está entre mis personas favoritas, ever.