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A mi suegro, el hombre tranquilo.

  • Foto del escritor: E.T.
    E.T.
  • 21 ene
  • 1 Min. de lectura

Actualizado: 25 feb


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Martín siempre mantuvo el tipo. Incluso el día que murió. Mi suegro nos hizo a todos sentirnos conformes con la situación en todo el proceso de su enfermedad.


Desde el día que le conocí y hasta el último día que hablamos, cada vez que le pregunté cómo estaba, siempre me contestó lo mismo: “No tan bien como tú”.


Siempre fue un erudito en historia española y en casi cualquier cosa que le preguntaras. Y una guía vital indispensable para su hija, mi mujer. Nunca alardeó, ni discutió. Nunca un desencuentro, nunca un mal gesto... Conseguía catalizar el carácter maño de su mujer, y hacía que aquella casa fuera un lugar armónico y sereno. De personas como él, siempre queda algo bueno por decir. Fue entrañable, querido e insustituible.


Querido Martín, gracias por tu presencia tranquila. Y tranquilo que yo cuido ahora de ellas, aunque seguramente “no tan bien como tú”.

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