A Luis, una constante necesaria en mi vida.
- MIL GRACIAS
- 31 ene
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 8 may
DE: ENRIQUE TELLECHEA
PARA: LUIS

Luis fue mi jefe durante 9 años. Y de todo eso, aunque ya lejano, queda hoy uno de mis mayores referentes vitales y profesionales. De esas pocas personas a las que agradezco que se hayan cruzado en mi vida. Y junto con Oscar, es el otro amigo al que ya no puedo ver desde fuera sino desde dentro.
Luis es una constante y una necesidad desde hace muchos año para mi. Las cosas no ocurren sin que antes las comente con él. No hacerlo sería una temeridad. Hablar con él es como hablar con mi yo más razonable cuando algo me distrae. Rendir cuentas conmigo mismo. Es un martillo pilón, como le definió otro amigo, un prodigio de entereza, determinación y principios.
Una cabeza brillante, por fuera (calva) y por dentro. Iluminado por un talento especial. Y gracias a que afortunadamente su visión estética de las cosas es nula, yo tuve una oportunidad en la vida y pude complementarle en algún momento.
Es un salmantino con una contundente verdad dentro. Esa de provincias. Donde no caben las tonterías superficiales. Pero cuando la cosa se pone simpática es, sin discusión, la persona con la que pasar los mejores ratos de risas.
La figura de Luis no se entiende sin la cerveza ni la cerveza sin Luis. En mis imágenes mentales siempre tiene una en la mano. Y en la otra mano, croquetas, oreja, torreznos o cualquier bomba de colesterol. Han sido muchos años de vivencias y ojalá envejezcamos juntos como hasta ahora. Si se pudiera calcular las horas que hemos pasado con cada persona, Luis (y Oscar) quizás estaría justo después de mi mujer. Incluso cuando desaparecí del mapa un par de años seguía en mi whatsapp a diario….
En tanto tiempo ha habido de todo, mil situaciones distintas, de trabajo, de salud, de familia, de dinero… pero no recuerdo nunca una discusión, una aspereza, o un momento incómodo. Porque en la vida elegimos a algunas pocas personas de forma incondicional, para estar siempre de acuerdo, por encima de cualquier otra cosa, porque nada es más importante.
Gracias por elegirme en aquella entrevista de trabajo primera. Y después de eso por todos los años de éxitos profesionales, por darme visibilidad y hacerme crecer. Pero mas aún por todos estos años después en que seguimos hablando a cada rato de comida, de las historias de Oscar, de enfermedades, de gente, del pasado, de proyectos, de regalices, de hijos, o de lo que sea… Querido Luis mi vida no se entiende sin ti por ahí.
Editado: en estos días Luis nos ha dado un susto médico importante. Los sustos te abofetean y ponen delante de tus reflexiones. Te obligan a priorizar y afrontar esas cosas para las que nunca encuentras el momento. Como por ejemplo, mostrar tus afectos y decir lo que piensas de alguien. Y hoy he sentido la necesidad de abundar en cada palabra que escribí en su momento.
Comentarios