A julio, el primer colaborador...
- E.T.
- 5 feb
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 20 abr

Trabajamos juntos en una gran empresa durante unos años divertidos, de aprendizajes y mucho trabajo. Desde que yo recuerde, Julio siempre tuvo un chascarrillo, un chiste o una gracieta a mano para poner sobre la mesa cuando se cargaba el aire con tanta actividad.
Después de aquellos años ha pasado por otras empresas y siempre dejando el mismo poso de cariño en la gente. La misma retahíla de frases y ocurrencias que todos recordamos.
Y en esta segunda fase vital, fue el primer colaborador que tuve cuando empecé a trabajar por mi cuenta. La primera persona a la que contraté y pagué. (una miseria, tengo que reconocer). Lo importante es que Julio se remangó las mangas y no escatimó. Ni midió el número de páginas, de excels, u horas. Eran mis principios y cualquier ayuda externa era música para mí.
Yo decidí inventarme una pseudo metodología para analizar destinos turísticos, hoteles y tendencias. Poco a poco la hizo suya y fue tomando forma, creciendo y mejorando gracias a él. Julio me daba oxígeno, contenido, me cargaba de razones, me quitaba muchas tareas minuciosas pero imprescindibles, y me ayudaba a ordenar la cabeza. Así que gracias por el primer empujón que tanto bien me hizo. No es momento de ser modestos así que tengo que reconocer que gracias a ti hemos creado algunos de los informes de tendencias del sector más espectaculares que yo haya visto nunca. Me siento orgulloso y agradecido por igual.
Siempre he tenido la misma sensación con Julio: y es que se empeñaba en ser más serio de lo que en realidad es. Asociaba el mérito o el valor de un trabajo profesional a una forma de ser grave y solemne como si eso hiciera mejor los proyectos. Cuando en realidad todo el mundo sabe diferenciar ambas cosas. El proyecto de la persona que lo lleva a cabo.
A veces prevalece uno sobre el otro, pero nunca son vasos comunicantes. En todos estos años, he visto proyectos realmente estúpidos liderados por gente muy respetable. Y al contrario, gente muy estúpida liderando proyectos claramente mas relevantes que sus gestores. Y siempre he separado una cosa de la otra.
Creo que con los años por fin está encontrando su idioma, su lenguaje. En su actual labor académica, me consta que entretiene y enamora a estudiantes por igual. Porque puede desplegar toda su experiencia, pero también toda su espontaneidad, su naturalidad y su carisma sin preocuparse de vender…
De nuevo, muchas gracias por aquel empujón inicial y por todos los demás proyectos en los que me has dado siempre más de lo que pedía. Nabrazo.
Gracias a ti, jefe. Como le dijo un jardinero a otro, "disfrutemos mientras podamos".
Nabrazo grande. 😘
siempre es un gusto estar con él, por trabajo, en una comida o con él de profe y lo sé a ciencia cierta