A Joan, cuando el excel se vuelve entrañable.
- E.T.
- 18 ene
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 25 feb

Joan es el Excel del equipo. Su cabeza funciona por celdas, datos, criterios. Necesita precisión, sentido, fórmulas. Cuando algo queda en el aire, lo fija. Si no consigue amarrarlo en ese instante, un led se queda encendido dentro de su cabeza y sabes que sacará el tema porque está en su lista de pendientes. Hay un cabo suelto y no puede vivir sabiendo que cuelga aleatoriamente, que rompe la armonía en su universo perfecto, que desafía el equilibrio racional.
Joan no lee una poesía, la descifra. Aunque intente dejarse mecer por las palabras,
hay otra parte de su cerebro que está pensando si la rima es correcta o si es arte mayor o menor. Si el poeta incurre en contradicción o si su tormento existencial está bien explicado.
Y por eso le aprecio tanto, porque lejos de ser una persona robótica es extrañamente entrañable. Alguien a quien siempre te apetece ver.
Profesionalmente es garantía de rigor, minuciosidad, pero también de contar con un análisis certero. De diagnósticos precisos. Cuando yo hablo de marcas, sensaciones, él las tabula y las sintetiza. Y tengo que admitir que de su análisis siempre nacen
mejores ideas y conclusiones de valor.
Y personalmente es el mejor compañero de faenas. Siempre dispuesto y siempre entretenido. Sus bromas son mejores, porque tiene la gracia de quien siempre tiene un dato, una referencia, una frase genial disponible para cada momento. Nada es random, todo es oportuno.
Querido Joan, gracias por tu rigor y auto exigencia, porque haces mejores nuestros proyectos conjuntos. Gracias por tu simpatía particular. Y te ahorro el esfuerzo, este agradecimiento tiene 219 palabras. (correcto, sin contar esta última frase que en realidad no es parte del agradecimiento, si…)
Comentarios