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A Javier y Nicolás, la extraña pareja

  • Foto del escritor: E.T.
    E.T.
  • 22 ene
  • 1 Min. de lectura

Actualizado: 25 feb


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Unos amigos que hicimos en Chile, y quizás por eso los considero especiales. Aquella era una etapa vital en la que las amistades tenían un valor especial.

 

Javier era el nervio, la broma, el chascarrillo, el abrazo y la familia . Nicolás la lectura, el abolengo y una soberbia chilena entrañable. Y juntos una comedia de Hollywood. Simpática y sofisticada. La extraña pareja. Estar con ellos era querer alargar la tarde, abrazarlos, quedarse a vivir...

 

Así que en este repaso de gratitudes, me parecía imprescindible daros las gracias por los días y ratos que pasamos en Chile juntos. Ojalá hubieran sido más. Gracias porque cuando estábamos con vosotros nos sentíamos bien. Nos olvidábamos de la tristeza. Entre tanto extraño y caras desconocidas, recuperábamos la sensación de estar con gente con la que verdaderamente te apetece estar. Pero sobre todo, gracias por hacer reír a mi mujer en aquellos días cuando tanto lo necesitaba y yo ya no sabía cómo levantarle el ánimo.

 

Editado: la vida, maldita a veces, sigue su curso y años más tarde “Javier y Nicolás” ahora son Javier o Nicolas. Pero ya nunca mas juntos. Últimamente estoy rodeado de separaciones y me produce una pena rara, porque cuando conoces a personas juntas ya no entiendes a cada una por separado. Su relación para mi era única, unidos ante la adversidad, y con una complicidad maravillosa. La extraña pareja convertida en Kramer contra Kramer. Sea como fuere prefiero quedarme con aquella pareja que nos hizo sentir tan bien. Aunque ahora tengamos que repartir el cariño a partes iguales.

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