A Ely, y su magia.
- E.T.
- 20 ene
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 25 feb

Ely es un artefacto difícil de explicar. En mi vida me he movido mucho por sensibilidades más que por razones o prejuicios. De haberlo hecho Ely no sería mi amigo. Es un artista escondido durante demasiados años bajo las faldas de la publicidad.
La incontinencia mental es un mal que nos aqueja a ambos. Él hizo de ello una profesión, pero se le quedó pequeña, como se le quedará pequeña cualquier cosa que haga.
Intentando pasar desapercibido detrás de un disfraz de tatuajes. Ely resulta inquietante en algunos entornos carcas. Y yo brindo por que eso pase, porque sin gente como él, el mundo sería aburridísimo.
Es un esteta. Tiene una elegancia especial y única que me remueve por dentro. Y gracias a eso me salva de mi propio ego, recordándome que mi capacidad de crear belleza es limitada, que existen personas como él que miran diferente y más bonito que yo. Que su sistema está más actualizado. Que sus encuadres imposibles ganan siempre a mi mirada clásica. Que su Dirección de Arte hace honor a su significado. Que hay bibliotecas visuales más amplias y mejores que la mía.
Pero además nos une una inquietante afición: la de insultarnos. Hemos encontrado en el insulto una conversación increíble. Una forma de demostrarnos afecto, viable y que no nos delata. Llamar pazguato, esdrújulo o Neanderthal a alguien es maravilloso.
Son probablemente ya mas de 20 años de insultos y complicidad. Al principio yo era un cliente y él un creativo con el que conecté de otra manera. Compartimos rodajes, concursos y seguramente enfrentamientos creativos pero siempre nos tuvimos una mezcla de afecto y respeto.
Pero luego, cuando la vida me puso a remar mi propio barco, durante más de dos años esperé a que su contrato con otros expirara. Le dije que le esperaría porque necesitaba que mis proyectos tuvieran más categoría creativa. Y así hice. Y desde que colabora con THE NULL, siento que la estatura de los proyectos se ha hecho más y más palpable.
Hemos tenido infinitos desencuentros creativos, porque es un cenutrio y un ganapán obtuso en ocasiones. Pero siendo honesto, en estos años él ha dado las claves de muchos de mis mayores éxitos profesionales. Las imágenes mas icónicas. Ese ingrediente que desencadenó la magia. A veces una sola idea, que yo solo paqueticé como merecía o hice más grande. Pero siempre con una primera piedra suya.
Nos complementamos porque somos distintos. Después de tantos años de creatividad, no soy fan de mucha gente porque tiendo a olvidarme de todo, pero Ely siempre está ahí, a pesar de que es un patán, un mostrenco con pintas y una calandraca. Gracias por tantos años de magia nene.
Comentarios